LA AVENTURA DE LA BIBLIA

En este capítulo se continúa la historia de Jacob que, obedeciendo a sus padres, se dirige a la tierra de su parentela a buscar esposa. Se narran los sucesos que marcaron el nacimiento de las 12 tribus de Israel, en los hijos de Jacob y la manera como Jacob es engañado por su tío materno, a semejanza de la forma como también él engañó a su hermano Esaú. A pesar de todo, queda clara la fidelidad de Dios, que a pesar de los errores de sus hijos se mantiene firme en la promesa que ha hecho a su pueblo.

Isaac está llegando al final de su vida y ya anciano continúa con las disposiciones finales para su hijo, y ahora heredero de la promesa de Dios, Jacob. Lo envía a buscar esposa a casa de sus parientes, con el fin de no contagiarse de las costumbres impuras de los pueblos donde vivían. Se narra la manera como ahora Jacob empieza su propia experiencia personal de relación con Dios.

Isaac, ya anciano, se dispone a bendecir a su Primogénito, como era costumbre en la cultura de la época. Sin embargo, por medio de actos motivados por el egoísmo, su hermano Jacob logra robar la bendición que por derecho correspondía a Esaú. Este capítulo permite ver los alcances del egoísmo del hombre, por el cuál las personas, sin preocuparse por sus semejantes, solo buscan obtener su propio beneficio, olvidando que Dios manda amar a los demás como a nosotros mismos.

Isaac continua creciendo como pueblo, con sus hijos, en la tierra a donde el Señor los ha llevado.

Abrahám muere y es sepultado junto con Sara. Comienza la historia de la descendencia de Isaac y Rebeca y las dos naciones que se crían en sus dos hijos.

Sara muere y Abrahám hace luto por ella. Busca un lugar para sepultar su cuerpo, lugar en el que también luego él mismo será sepultado junto con su mujer.

Dios pone a prueba la fidelidad de Abrahám y este responde entreagándole a su hijo amado. Por eso Dios bendice a Abrahám con la promesa de multiplicar su descendencia por toda la tierra.

Abrahám envía a su criado a buscar una esposa para su hijo Isaac. La busca de la tierra de su padre, dentro de sus parientes, y la llevan a la tierra donde está Abrahám, pues esa es la tierra que el Señor dará a su descendencia.

El Señor cumple su promesa a Abrahám y ahora él recibe a su hijo propio, tal como se le había prometido, a pesar de lo difícil que pudiera parecer.

Abrahám hace alianzas con los pueblos vecinos, que reconocen su gran poder, recibido por la bendición de Dios.

El Señor destruye las ciudades de Sodoma y Gomorra, porque no quisieron convertirse de sus malas acciones sino que se obstinaron en hacer el mal hasta el último momento.

El Señor en persona se aparece a Abrahám y una vez más confirma la promesa que le ha hecho de bendecirlo con un hijo propio. Abrahám intercede por los habitantes de Sodoma y Gomorra, cuyas ciudades serían destruidas por su maldad.

Dios bendice y ratifica a Abrahám por su fe y fidelidad a la alianza. Por eso promete aumentar su descendencia como las estrellas.

Abrahám se une a su esclava egipcia para poder tener descendencia, esta irrespeta a Sara y debe huir del campamento, pero Dios promete bendecir también a Ismael, hijo de Abrahám y la esclava egipcia, en atención a Abrahám.

El Señor ratifica su alianza con Abrahám y toda su descendencia, por su amor y su gran misericordia para con los hombres.

Los pueblos vecinos a Israel entran en guerra y Lot queda atrapado en medio de esta guerra. Arahám tiene que ir a rescatar a su sobrino que es tomado como prisionero. Melquisedec bendice a Abrahám.

Abrahán se separa de su sobrino Lot por la gran cantidad de posesiones que tenían y para mantenerse fieles a Dios y a su vínculo familiar.

En este capítulo se empieza a narrar la historia de Abrán, desde su elección por parte de Dios y la obediencia que este tiene para aceptar los mandatos de Dios y cumplirlos, aún a pesar de las dificultades que ello implica. A partir de este capítulo se empezará a desarrollar la historia crucial del pueblo de Israel como pueblo escogido por Dios, y en él, la historia del amor de Dios por toda la humanidad, que quedará manifiesto con el culmen en Jesús.

En este capítulo del génesis se narra la historia de la torre de Babel, como signo de sometimiento y orgullo humano que busca igualar e incluso retar la omnipotencia de Dios. Se habla de una aparente unidad en el mundo, producto posiblemente de algún imperio tirano que oprimía a los pueblos más pequeños, razón por la cual Dios decide poner fin a la torre de babel y a todo el imperio que la construía.

En este episodio encontraremos un relato de genealogía de Noé, donde se narrará la descendencia que se desprende del sobreviviente del diluvio y su familia. El objetivo del capítulo es mantener la línea del relato y dejar claro cómo todo se mantiene conectado de una generación a otra, pues es de esta forma que nos conducirá al siguiente ciclo crucial del libro del génesis: los patriarcas.

Hemos salido de la escena del diluvio con Noé, su familia y los demás animales que se encontraban en el arca. Ahora, ya en tierra, se representa este episodio, donde Dios vuelve a bendecir a la nueva humanidad, a imagen de los primeros padres creados en el Edén. Ahora Dios hace un pacto con Noé para no volver a destruir la tierra, pero también comienza a dar una serie de normas morales y de respeto de unos con otros. Es imagen perfecta del amor incondicional de Dios, que busca por todos los medios que el hombre vuelva al camino de la verdad.

Con este episodio llega a su fin la historia del diluvio. Se cuenta la manera en la que Dios vuelve a permitir que el hombre habite en la tierra como antes de que fuera purificada por el agua. Ha pasado bastante tiempo y ahora Dios promete no volver a destruir a los vivientes, aún sabiendo que el corazón del hombre se inclina a la maldad. Así queda de manifiesto el gran amor y la paciencia con que Dios aguarda al ser humano, esperando que este le escuche y obedezca sus mandatos, como lo hizo Noé.

Se ha iniciado en la tierra el diluvio y se narra la historia de Noé, que sobrevive a la destrucción por su obediencia a Dios. En él se representa la alianza de Dios con toda la humanidad, que aún con su pecado, no es abandonada por Dios a su suerte, sino que es siempre sostenida y acompañada por su creador.

En este episodio se comenzará a narrar uno de los acontecimientos más reconocidos y significativos del antiguo testamento, el diluvio universal, por medio del cuál se cuenta la forma en la que Dios busca purificar la tierra y al hombre mismo por todas las maldades cometidas en el mundo. Es una narración cargada de esperanza, al dejar ver cómo Dios no abandona al hombre en su pecado, sino que empieza a formar su alianza con la humanidad por medio de Noé, su siervo.

En el capítulo de hoy nos encontramos una pausa en la historia de relatos, para escuchar una genealogía. Las genealogías en la biblia son muy importantes porque son las que nos permiten conocer que todas las diferentes generaciones de hombres se conectan por sus antepasados, remontandose hasta Adán. Con esto el autor sagrado quiere corroborar que Dios nunca se ha alejado del hombre, luego de que este peca en Edén, sino todo lo contrario, siempre ha hecho alianzas y pactos con hombres de diferentes épocas para ratificar su compromiso y amor por la humanidad. Esto es lo que encontraremos en la genealogía de este episodio, donde las generaciones nos llevarán hasta Noe, personaje clave en la simbología bíblica.

En este episodio de nuestro podcast continuaremos nuestro recorrido por la historia de los primeros padres, ahora desde su descendencia, observando de qué forma los sucesos sobre Caín y Abel nos hablan sobre la relación del hombre con el pecado, y cómo él mismo le abre la puerta al mal por su orgullo y soberbia.

El episodio continúa en el jardín del Edén, mostrando la escena del pecado de los primeros padres, en donde su ambición de llegar a ser como Dios los lleva a cometer el pecado original. Por su culpa, los implicados en el delito deben pagar las consecuencias de sus actos, pero aún en medio de la justicia, Dios se deja ver como el Padre amoroso y bondadoso que siempre ha sido, si le prestamos atención a los pequeños detalles y no los dejamos pasar desapercibidos.

En nuestro segundo episodio escucharemos un segundo relato de creación, con algunas particularidades que no estaban en el primer relato de nuestro primer episodio. Ahora, la creación entera toma como centro al hombre, a quien es presentado todo lo demás para que sea cuidado y administrado por él. Es una muestra clara del amor de Dios al hombre, que ha dado todos los medios posibles para que sea feliz en la tierra.

Comenzamos este maravilloso recorrido por uno de los libros más estremecedores, impactantes, esperanzadores y hermoso que la humanidad haya conocido. El libro primero de la Biblia se conoce como "Génesis" porque narra la historia del principio del mundo, cargada de metáforas e imágenes propias del género literario con el que el autor quiso hacer esta presentación. En este capítulo encontramos la primera alegoría a la creación del universo y todo lo que existe, comparándolo con la idea temporal de la semana, como una metáfora que alude a la perfección, armonía y exactitud de todo cuando se ha creado, la intensión fundamental del autor no es hacer un relato científico de cómo todo ha llegado a existir, más bien busca atribuir todo a la maravillosa autoría del Dios omnipotente.