El Pueblo de Dios Hoy

Para el creyente todo es signo; para el que ama todo es don. Trabajar para el Reino de Dios es ya nuestra recompensa

«Si peca contra ti siete veces al día (...), le perdonarás»

Porque dio todo lo que tenía —algo insignificante— la viuda pobre se dio del todo. ¡Para Jesús no fue insignificante!

Basílica de San Juan de Letrán: Iglesia principal y madre de todas las Iglesias, aunque el auténtico Templo es Cristo

Benedicto XVI: «La vida es siempre una “opción”: entre honradez e injusticia… En fin, —dice Jesús— hay que decidirse»

Con la bonita imagen de la alegría, Jesús nos revela la bondad de Dios, complacido con el retorno a Él del pecador

Hoy Jesús nos habla en términos claros: el auténtico discípulo ha de amar a Dios con todo su corazón y toda su alma

Está muy de moda hablar del amor a los hermanos, de justicia cristiana, etc. Pero apenas se habla del amor a Dios

La Iglesia no reza por los santos como por los difuntos, sino que se encomienda a los santos y ruega por los difuntos

Hoy celebramos un misterio salvador y muy consolador, profesado en el “Credo”: «Creo en la comunión de los santos»

Algunos se molestan con los gritos del ciego-mendigo: no piensan en su triste situación. ¡Jesús sí que responde!

Santa Teresa de Calcuta captó los signos de los tiempos, y nuestros tiempos han amado a santa Teresa de Calcuta

«He venido a prender fuego en el mundo, ¡y ojalá estuviera ya ardiendo!». Jesús quiere ver el mundo arder en caridad!

Nuestra esperanza está en la venida del Señor al final de los tiempos; pero ahora y aquí, también Jesús está viniendo

—Aunque sea pecador y pequeño, yo mismo podré abrir la puerta a Jesús cuando venga. Pero… nadie podrá hacerlo por mí!

Teresa de Calcuta: «El fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz»

Dios no se contenta con la fe interior; Él pide la confesión exterior y pública, moviéndonos a un amor más grande

San Lucas: evangelista de la mansedumbre de Jesús, de los pobres y de la feminidad. —¡Gran trabajo! ¡Conócelo!

Dios sigue suscitando “profetas”: Teresa de Calcuta, Juan XXIII, Mons. Romero... ¿Nos acordamos de lo que nos exigen?

Factores diluyentes de la justicia: 1º “cinismo de ideología” (ofusca); 2º “cinismo de negocios” (explota a la gente)

Jesús rechaza la actuación de “doble moral” por la hipocresía que busca la conveniencia o lo “políticamente correcto”

Es fácil decir «Sagrado Corazón de Jesús, en ti confío»; es menos fácil decirlo viviendo libremente una vida austera

«‘Dichoso el seno que…’. Pero Él dijo: ‘Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios…’». —¿Te queda alguna duda?

El cristiano ha de favorecer un clima de tolerancia y respeto leal en el que sean posibles los caminos del diálogo

—Reza con fidelidad y devoción, porque una gracia que Dios no te ha dado una vez, te la puede dar en otra ocasión

«Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre…». Jesús nos introduce en su propia oración de Hijo de Dios

«Marta, Marta…». Corremos tanto, tanto, que no sabemos ni por qué ni a dónde corremos. Antes de “hacer” hay que “ser”

El cristiano entra en la iglesia para amar a Dios y sale amando al prójimo. El programa de Jesús: «un corazón que ve»

«Lo que Dios unió, no lo separe el hombre»: casarse no es asociarse, sino algo tan maravilloso como regalarse la vida

S. Agustín: ¿Podemos llevar algo mejor en el corazón, pronunciarlo con la boca, que estas palabras: «Gracias a Dios»?

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha». Jesús nos envía y, a la vez, viaja con nosotros —¿Qué más quieres?

«No llevéis bolsa, ni alforja, ni…»: la única fuerza del misionero ha de ser Cristo. ¡Sobra todo lo que no es Cristo!

Oración, lectura del Evangelio, sacramentos, la Iglesia: fuentes que nos llevan a conocerle, entenderle y “vivirlo”

¿Quién decís —dices— que soy Yo? Una cuestión fundamental que llama a tu puerta pidiendo adhesión y no sólo simpatía

¡Herodes quería ver a Jesús! —Tú, ¿serás menos? ¡Él ya te espera! Para hablar de Tú a tú, no para “curioseo frívolo”

El ritmo actual impone estrés a las personas, una loca carrera para… ¡Soledad! ¡Anda con Jesús!: tendrás y darás paz

¡El diablo huyendo de la presencia de Dios! —¿Y yo? ¿Cuántas veces he huido para que Jesús no me “molestara”?

Dile a nuestro Redentor: —Jesús-vida, Jesús-doctrina, Jesús-victoria, ¡haz que vivamos en la continua maravilla de Ti

Cuando escuchemos la Palabra de Dios, confiemos en que es Dios mismo quien nos habla: si no, ¡no vale la pena!

La religión nos lleva a un corazón limpio, no a “lavatorios-rituales”: Pilatos entregó a Cristo lavándose las manos!

El anuncio del Reino no sólo proclama su proximidad: también debe mostrar su contenido. ¡Es la hora de las parábolas!

«No sabéis ni el día ni la hora». En cualquier momento pueden llamar a la puerta… ¡La muerte no pide cita previa!

S. Juan Bautista fue encarcelado por predicar la libertad mesiánica a quien vivía un triste cautiverio por sus vicios

Para no caer en la hipocresía tengo que ser muy sincero. Primero, con Dios. A la vez, conmigo mismo y con los otros

Jesús se siente incómodo con la falsa religiosidad. Hay un vacío de amor… ¡Echa en falta justicia, misericordia y fe!

«¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los Cielos!»

«¿También vosotros queréis marcharos?». —Tú y yo podemos “ir a la nuestra”. Dile: Jesús, deseo seguirte hoy y siempre

—Para percibir el amor infinito de Dios hacia mí, necesito la voz de un amigo —un “Felipe”— que me diga «Ven y verás»

«Amarás al Señor (…); amarás a tu prójimo». Dos anillas inseparables: una de oro y otra de plata. ¡Pero inseparables!

«¡Venid a la boda!» Dios —que es Padre— ha preparado esa fiesta sin fin, y desea que todos los hombres asistan a ella

El hombre “calcula”; ¡Dios no! La medida del Amor es no tener medida: «Amo porque amo, amo para amar» (S. Bernardo)

La riqueza en sí misma no es mala, sino su uso si cierra el corazón a los valores espirituales y a la solidaridad

Hoy, como hace 20 siglos, Cristo nos dice que para entrar en la Vida hay que vivir la Ley de Dios: ¡Él es el Camino!

Jesús habla de sí diciéndonos que es Pan. Y el pan se hace para comerlo. Y para comerlo hay que tener hambre de Dios

Jesús ama a los niños. Nosotros —los “mayores”—, les impedimos acercarse a Dios: —¡Cuando sean mayores ya escogerán!

Al llegar el 6º día, Dios cambia “su lenguaje”: «Hagamos al hombre a nuestra imagen (…). Y los creó varón y mujer»

La Asunción de Santa María: hoy sube al cielo la Virgen llena de gloria, y colma de gozo a los ciudadanos celestes

«¡Repréndele!»: «Está reservada la misma pena para los que hacen el mal y para los que lo consienten» (San Bernardo)

“Ser niños”: para Jesús es una exigencia ineludible. Ser niños significa obedecer a Dios y aprender a decirle

—Vida cristiana: ¡afán de Jesús por estar con nosotros!: «Mi delicia es estar con los hijos de los hombres»

El desconcierto de los judíos podría extenderse a nosotros si no respondemos a una pregunta central: ¿Quién es Jesús?

En el ambiente de la Roma del emperador Valeriano, San Lorenzo amó a Cristo en la vida, imitó a Cristo en la muerte

Para llevar la cruz hay que seguir a Cristo. No se sufre y luego se le sigue. Antes, el Amor; después gozo en la Cruz

Es de agradecer que los evangelistas hayan presentado a los Apóstoles tal como eran: gente normal, de carne y hueso

Jesús no dijo “Yo soy la costumbre”. Cristo no sanciona la costumbre; al contrario, Él nos arranca de las costumbres

La Transfiguración: «Qué bien estamos aquí…». Poco después, el Calvario. ¡La alegría tiene raíces en forma de cruz!

«Quien deja a Dios fuera de sus cuentas, no sabe contar». —Olvidamos frecuentemente el sumando más importante: ¡Dios!

El atajo para ir a Jesús es María: es la Madre que reparte el pan blanco para los hijos en el calor del hogar paterno

Mucha gente oye hablar y/o habla de Jesús. —¿Quién es Él realmente para ti?; ¿qué implicación personal te une a Él?

La amabilidad de Jesús: no les castiga por no escucharle; sólo dice: «Un profeta sólo carece de prestigio en su casa»

El Evangelio es una llamada vital a la conversión. Y Jesús no nos ahorra el esfuerzo personal: ¡no podemos dormirnos!

Alcanzar el Reino de Dios requiere buscarlo con interés y esfuerzo, hasta el punto de vender todo lo que uno posee

¡Se esfuerza para no morir el hombre que morirá; y no se esfuerza por no pecar el hombre que ha de vivir eternamente!

«¡Marta, Marta…!». Hemos de procurar la confluencia del “tráfico diario” y de la “santidad” (la única cosa necesaria)

—El tesoro que Dios te reserva está “enterrado” en lo más profundo del de tu alma. ¡Busca ahí el Reino de Dios!

¿Cizaña? Es imposible buscar el Reino en ningún otro lugar que en esta sociedad en la que vivimos. —Tienes la Gracia!

El éxito de la cosecha no radica en estrategias humanas, sino en la iniciativa salvadora de Dios rico en misericordia

A Santiago y Juan, y a todos: «¿Podéis beber la copa…?». Con Él no hay no hay más triunfo ni mejor puesto que la Cruz

—Pide a Dios el ansia del profeta: «Yo devoraba tus palabras, pues ellas eran mi gozo y la alegría de mi corazón»

María acogió la Palabra de Dios en el espíritu por la obediencia y después la concibió en el seno por la Encarnación

La Magdalena venía de lejos y llegó muy lejos… Buscó a Jesús y lo encontró Resucitado, ¡y supo que era hija de Dios!

A la hora de hacer oración, uno de los peligros más grandes es pensar que hay otras cosas más urgentes. ¡Recógete!

Un misionero vio a una niña cargando con su hermanito. —¿No es demasiado peso para ti? —No es un peso, es mi hermano!

Jesús corrige la casuística meticulosa y agotadora de los rabinos. —Le interesa mi corazón, mi capacidad de amar!

Jesús nos ofrece su comprensión cuando sentimos cansancio y necesidad de reposar: «Venid a mí todos los fatigados»

Proverbio: «Si en una noche negra una hormiga negra sube por una negra pared, Dios la ve». Para Él no hay secretos!

No hay inmunidad cuando uno es interpelado por la mismísima Verdad. ¡Escuchemos la llamada de Dios a la conversión!

Dice san Juan Crisóstomo: «Si el amor estuviera esparcido por todas partes, nacerían de él una infinidad de bienes»

Quienes hemos recibido la Buena Noticia: ¿lo valoramos y lo agradecemos? —¡Sintámonos urgentemente enviados al mundo!

S. Agustín: «Debemos abstenernos de los manjares, pero mucho más debemos ayunar de los errores». —¡Busca a la Verdad!

Estamos en el mundo, pero no estamos ahí incondicionalmente. —¡Sólo pertenezco del todo a Jesucristo y a la Iglesia!

Dios quiere la salvación del hombre total: ¡cuerpo y alma! Ante el enigma de la muerte, Jesús afirma la resurrección

Jesús no buscó personas instruidas, sino “disponibles”, capaces de seguirle hasta el final. —Y, ¿yo? —¡No hay excusa!

Hay desproporción entre las multitudes que esperan la predicación del Evangelio y la escasez de obreros. —¿Rezamos?

«Ven, impón tu mano sobre ella y vivirá». Con fe firme “obligamos” a Dios: incluso, de buen grado se deja “manipular”

«Y se extrañó de su falta de fe»

Estamos en tiempos de expectación. Tenemos que renovarnos cada día, y ¡ayunar de todo aquello que nos impida avanzar!

Es suficiente con la invitación del Maestro: «Sígueme». Con una palabra de Jesús, Mateo deja su profesión... —¿Y tú?

Quien por orgullo se tiene por justo, no acepta la llamada de Jesús; sólo le acoge quien sinceramente se sabe pecador